martes, 30 de octubre de 2007

CASTILLA 07 (6 de septiembre de 2007)

Mira Ernesto, le ha dicho Ulpiano al alcalde, que aquí no hay futuro para mis nietos, que sólo vamos quedando los viejos y de aquí a quince años, veinte a lo más, nadie. Y mi hija me ha dicho que están pensando en marcharse, que trabajo no les va a faltar en la ciudad, y que como tienen piso, el que compré con lo que me dieron por las tierras de mi difunto padre, que igual se van para septiembre. No hay respuesta y el breve silencio fuerza a Ulpiano. Que se van, alcalde, que no vuelven, y con tres niños menos la escuela se va al carajo, coño, que te lo tengo que explicar todo. Ernesto tuerce el morro antes de contestar. Pues qué se le va a hacer, yo no les puedo atar, allá ellos. Que no es eso, hombre, que el José Luis y la Juli están pensando lo mismo y con ellos se van otros dos niños, que no puedes cruzarte de brazos.

Román acaba de aparecer por la esquina. Oye alcalde, o me echan una mano o esas ratas me comen la cosecha y a mí si me pongo a tiro. Ayer casi lleno un saco y como si nada. ¿Qué te han dicho los de la Junta? Ernesto se encoge de hombros. Mira, sé más por lo que dicen en la tele y en el periódico que por lo que llega al Ayuntamiento. O envenenas o quemas. Ulpiano recomienda el fuego. Hace veinte años les dimos fuego, aunque son resistentes, los jodíos. Pero Román no está muy convencido. No pienso envenenar la tierra y lo de quemar no me convence, pero algo habrá que hacer. Y las ayudas, jefe, que habrá que empezar a moverse para las ayudas. Román desaparece al final de la cuesta y Ulpiano palmea en el hombro al alcalde. Adiós, hombre.

Ernesto ha echado a andar sin pensar adonde. El edificio de la escuela se cruza en su camino y se para ante la reja del patio, con su silencio de verano, quizá presintiendo el del invierno. Algo se mueve a su espalda. Un topillo cruza la carretera buscando la huerta del señor Francisco. El alcalde llora.

0 comentarios:

Blogger Templates by OurBlogTemplates.com 2008