Bye, Newman

Adiós, ojos azules. Grande.

EPPUR SI MUOVE (25 de septiembre de 2008)

Enzarzada en nimiedades, nuestra Educación transita entre debates estériles jaleados por unos pocos, casi siempre agazapados en los extremos, desde donde se tiene la peor perspectiva para resolver los problemas con eficacia. Poco o nada podemos esperar del vocerío, salvo dolor de cabeza y la melancolía perenne que provoca aguardar consenso y estabilidad legal. Ciudadanía no es más que una excusa para seguir con la pelea. Por mi parte, tengo para todos. El sistema ya ponía el acento en la educación en valores desde todas las materias, pero por lo visto o no era suficiente o los docentes no se empleaban con denuedo, así que marchando una ración de formación del espíritu versión siglo XXI. Pero hecha la ley, cúmplase. Y siendo sincero, repasados los contenidos, no le veo el lado oscuro. Sí percibo una excusa para dar cera al Gobierno y alentar objeciones de conciencia, tan libres como inútiles para incumplir la legalidad vigente. O por lo menos así lo deberían garantizar los poderes del Estado.
Sí hay otros asuntos que me parecen capitales y de los que nadie habla, que a mi juicio muestran la temperatura de nuestra enseñanza pero que no ocupan lugar en los medios de comunicación. Arrimando el ascua a mi sardina, les cuento que con los últimos cambios en el currículo ha desaparecido la Edad Moderna de la asignatura de Historia del último curso de la ESO, con lo que los alumnos que este año han pasado a 3º y 4º se titularán sin haber oído hablar ni de Carlos V ni de Felipe II, no sabrán quién fue Lutero o Luis XIV, ignorarán las circunstancias históricas en las que Cervantes escribió El Quijote o Velázquez pintó Las Meninas, desconocerán el tiempo de Galileo y de John Locke, nadie les habrá hablado con alguna profundidad de cómo se desarrolló la conquista de América o cómo los turcos otomanos consolidaron un gran imperio. ¿Es que nadie se ha percatado del hurto cultural al que se somete a miles de chicos y chicas? ¿Es que esto no es verdaderamente importante? Soy un ingenuo. Es evidente que no.