jueves, 3 de abril de 2008

NOUVEL (3 de abril de 2008)

A Jean Nouvel le han concedido el premio Pritzker, al que definen como el Nobel de la Arquitectura. Nouvel fue uno de los arquitectos que participaron en aquel concurso de ideas del que habría de salir el Museo de la Evolución Humana. Han pasado muchos años desde entonces, ocho nada menos, y tuve el privilegio de asistir, en mis viejos quehaceres periodísticos, a la rueda de prensa de este creador francés. A mi juicio, dio claves que el resto de los arquitectos no ofrecieron cuando tuvieron la misma oportunidad. Nouvel no vino a explicar un edificio; vino a ofrecer toda una interpretación de la Arquitectura para el nuevo siglo. Y su proyecto era rompedor, arriesgado, diferente. Quiso recrear un accidente geográfico, inspirándose en la sierra de Atapuerca, y ubicarlo en mitad de nuestra ciudad, cubrirlo de vegetación y agujerearlo abriendo surcos de luz en la metáfora de las cuevas. Una pasada.

Regresé a la redacción alucinando. Los que me rodean saben que a mí siempre me gustó aquella hermosa locura. La ciudadanía sintió un fervor especial por el proyecto de Isozaki, y el jurado se decidió por la obra de Navarro Baldeweg. No le daré más vueltas; aquel concurso tuvo aspirantes de enorme prestigio y el ganador no es un don nadie. Pero sentí sinceramente que el de Nouvel no triunfara. De haberlo hecho, no dudo de que se hubieran levantado voces críticas con tan atrevida propuesta. Creo que a esta ciudad le falta, precisamente, arrojo, audacia, osadía. Esta es una ciudad previsible. “No quiero hacer el edificio más bonito, sino el lugar más hermoso”, ha declarado Nouvel a El País. Y un breve análisis que realiza el arquitecto Javier Mozas en el mismo diario señala: “Con él, la arquitectura es cada vez menos disciplina, más paisaje, más estrategia, más comunicación, más cine”. En serio: hubiera sido una pasada.

6 comentarios:

Teresa dijo...

En un capítulo de Los Simpsons, Marge escribe una carta a un prestigioso arquitecto para que les diseñe un proyecto de Auditorio para Springfield. El arquitecto hace un burruño con la carta y la tira al suelo. Pero antes de meterse en su casa se da la vuelta y se imagina un edificio de este trozo de papel. Así debe ser la genialidad, pura imaginación.

Sigo pensando que lo que desde luego no es apropiado para una obra faraónica es el solar donde se ubicará el Museo.

Tú que posees el poder de La Palabra mete caña.
Esta columna sí me ha gustado porque manifiesta una opinión, la anterior me pareció sin azúcar.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Tienes razón en todos y cada uno de los párrafos de esta entrada. Y eso que he tenido que leerla medio borroso y dilatado.
Saludos, Pablo.

Isabel Segura B. dijo...

Ciertamente una oferta interesante.
Jean Nouvel ha sido tocado por la genialidad y todos sus proyectos son un regalo para los sentidos, una lástima que no ganara el concurso.
Saludos.

manzacosas dijo...

Pues sí. Como que creo que tienes razón. Un saludo. Manzacosas

Anónimo dijo...

Bipolar: pocos mejor que tú para hablar de imaginación. Por lo demás, oído cocina: seré más cañero y acepto la crítica (como no podía ser de otra manera).
Pedro, amigo, eres demasiado generoso permitiendo que mis textos dañen tu delicada vista. Gracias de verdad.
Isb: una pena de verdad, porque merecía la pena. Estoy de acuerdo con lo que dices de Nouvel.
Manzacosas: a mí me gustó, y ahora hubiera sido un punto a nuestro favor, pero qué le vamos a hacer.

Teresa dijo...

Este zoo va a sufrir una transformación. Nada se olvida. Ni un caballo.

Blogger Templates by OurBlogTemplates.com 2008