PEPINOS ASESINOS (23 de octubre de 2008)
Ibas con tu coche deportivo, o de esos que así apellidan para que creas que conduces un pepino, aunque en realidad, en una fiesta de multimillonarios, provocaría sonrisas de desdén. Entrabas en la rotonda sin respeto, imaginando que a tu paso desplegabas un fulgor rojo (¿o era negro?) que llenaba de admiración y envidia a quienes te vieron. Pero no te engañes, sólo provocaste desprecio, porque los chulangas como tú ya no se llevan. Más de uno pensó que era una pena que no te cruzaras con una patrulla de la policía que te hubiera puesto las pilas, una puya que, sumada a la que pagas todos los meses al banco por tu buga, te hubiera dejado jodido el mes. Porque todos sabemos que tu coche aparente, lleno de caballos, con el que tanto fardas, lo pagas a plazos, como hacen los demás.
Aceleraste hasta el semáforo, rojo como la vergüenza y la rabia que dejabas atrás, y te lo saltaste, faltaría más, porque tú crees que no necesitas que regulen tu marcha, porque controlas, porque eres superior al volante. Pero te sigues engañando, porque volviste a demostrar tu estulticia al obligar a aquella señora cargada con las bolsas de la compra a retroceder un paso antes de que te la llevaras por delante. ¿La viste? Por supuesto que sí, pero te daba tiempo, ¿verdad?, te daba tiempo a escupir en el derecho ajeno, porque antes eres tú y tu pedazo de carro que aquella vieja. Desapareciste como una exhalación en la siguiente curva, exultante con tu habilidad incomparable, buscando nuevos retos en la ciudad. Estás que te sales.
Todo esto me lo han contado, aunque creo que yo mismo también te vi. Bueno, en realidad todos te hemos visto, alguna vez, con frecuencia, todos los días, en la calle y en la avenida, en la plaza y en el cruce. Todos estamos hartos de ti, deseamos que desaparezcas de nuestras carreteras, que un buen susto te rehabilite o que algún día te encuentres con la horma de tu zapato o que pruebes de tu propia medicina. No te admiramos. En realidad nos das asco.
3 comentarios:
Y un buen pepino de estos metido bien de bien por donde te dije, ¡qué!¿eh?
Si ves una serpiente y un serrano, quédate con el serrano...
¡qué vulgar, reptil asqueroso!
con lo que fardan los chulescos estos... sobre todo cuando ven a una gachise, que parece que llevan una moto en vez de un deportivo, de lo que bien que suena al acelerar....
y ese olorcillo a goma repegada en el asfalto, dejando las rodadas bien marcadas como la meada de un perro...
Yo también te he visto. Te veo todos los días, casi a todas horas, tan chulesco y despreciable como te pintan.
Y sabes una cosa? espero nunca verte de cara cuando cruzo por el pasocebra con mis hijos y te presiento...Deseo que no nos encontremos.
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